Las cataratas de Iguazú son uno de esos lugares del mundo que no dejan a nadie indiferente. Puedes haber visto cientos de fotos desde cualquier ángulo, documentales, peliculas, haber leido sobre ellas… y cuando ves aquel espectaculo en directo te quedas con la boca abierta igualmente.
Dias atras nos habian hablado sobre las dos posibles visitas, una del lado argentino y otra del lado brasileño. Todo el mundo parecia ponerse de acuerdo en que el mejor lado era el argentino, y que si tuvieramos solo un dia para verlas el otro lado podriamos prescindir de el sin problemas. Nuestra idea entonces fue organizarnos los dias de manera que dejaramos lo mas bonito para el final.
El primer dia cruzamos la frontera brasileña para pasar al otro lado del rio Iguazu. Yo sinceramente de aquel dia esperaba poco. Al haber escuchado a tanta gente hablar sobre este lado en ese sentido, pensaba que se verian practicamente de refilon y de lejos. Nada mas lejos de la realidad, al poco de comenzar la ruta primer impacto visual, una panoramica de uno de los lados de las cataratas. Llama la atencion el intenso verde de la selva mezclado con el blanco de las cataratas abriendose paso a su traves.
Quede tan impresionado con el lado brasileño que pensé que era imposible que el dia siguiente me gustara todavia mas. Se me paso por la cabeza tambien si es que no me habria enterado bien en todo lo que habia escuchado y el lado bueno era este, pero al dia siguiente entendi por qué el lado argentino pone a todo el mundo de acuerdo (incluido a los brasileños). Conforme bajas por el recorrido te vas acercando mas a las cascadas, y poco a poco vas escuchando el enorme estruendo del agua cayendo a tu lado.
La parte final del recorrido es una pasarela que te lleva justo enfrente de una de las cascadas mas grandes. Es tal la cantidad de agua que salpica que cuando estas alli abajo es como si estuviera cayendo un aguacero, cuando unos metros antes estabas disfrutando de un dia radiante de sol. Resulta casi imposible hacer una foto porque el objetivo no te dura seco ni un segundo.
Tambien hicimos la excursion en gomón (aqui se llama asi a la lancha) para meternos justo debajo de la cascada. Al subir te dan una bolsa estanca donde poder guardar todas tus pertenencias, y te avisan de que te mojas completamente. Pense que metiendo los pies debajo del asiento delantero me mojaria poco las zapatillas, me puse doble chubasquero, y aun asi dio todo igual. Sali como si me hubiera caido vestido dentro de una piscina, empapado hasta los huesos.
Al dia siguiente nos esperaba el colofon final, y volvimos a organizarlo en modo in crescendo segun nos habian aconsejado. Primero el paseo superior, luego el inferior y por ultimo la garganta del diablo, que es la central y la de mayor caudal.
Quedaba la traca final, una pasarela de mas de 1km sobre el rio Iguazu hasta llegar al mismo borde de la garganta del diablo. Cuando me asomé al balconcillo y vi aquello ante mis ojos varios escalofrios recorrieron mi cuello, pude sentir la inmensidad de la caida de agua a solo unos metros de distancia y llega incluso a asustar el estruendo tan enorme que produce al caer.
Por primera vez en mi vida tuve el sindrome de incontinencia fotografica, un extraño espasmo en el dedo indice de la mano derecha que me impedia parar de hacer fotos cada vez que miraba las cataratas. Incluso aunque fueran repetidas y con el mismo encuadre, daba igual, son tan fotogenicas… Ese dia gaste la bateria del movil y de la camara, y aun asi es imposible inmortalizar tanta belleza. Creo que son indescriptibles las mires desde el lado que las mires, incluso si las miraras con un telescopio desde la luna.
Me gustó mucho como nos definió una chica argentina ambos lados de las cataratas unos dias antes de llegar a Iguazu. Nos dijo que el brasileño es el lado panoramico y el argentino es el lado interactivo, y despues de haber visto ambos no se me hubiera ocurrido una mejor manera de definirlo…
Las describes tan bien, que ya estoy necesitando ir…
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