Si te gusta el trekking, Nueva Zelanda es tu lugar en el mundo. Llevamos ya unos días pateando la isla norte y no deja de sorprendernos la cantidad de rutas de senderismo que existen y lo bien organizado que está aquí todo. Esto es en gran parte gracias al DOC (Departamento de Conservación por sus siglas en inglés). Ellos se encargan de la gestión de todos los parques naturales del país así como de la señalización y conservación de los mismos.
Una de esas grandes caminatas es el Tongariro Alpine Crossing, una ruta lineal de más de 19kms donde se puede disfrutar de unos paisajes espectaculares. Es una de las caminatas de un solo día más impresionantes y exigentes que se pueden hacer, y ya en el inicio existen señales que te advierten de su dificultad y te animan a que no sigas si no estás totalmente convencido de ello.
Por si fuera poco decidimos hacer un desvío y ascender también al volcán Ngauruhoe, próximo a la ruta y con una empinada subida con piedras sueltas y tierra que hacía complicado incluso mantener el equilibrio. Verlo desde abajo una vez que sigues con la ruta te hace decirte, ¿y hace un rato yo estaba allí arribota?
Tuvimos suerte con el tiempo y las vistas desde allí arriba permitían tener una panorámica de todo el parque. La anécdota del día fue en la bajada de este volcán, donde un grupo de chicos que iban cerca de nosotros llevaban a todo volumen la banda sonora de la película de El Señor de los Anillos, lo que ambientaba más si cabe el descenso haciéndolo más emocionante.
Como es una ruta tan larga es casi inviable hacer ida y vuelta en el mismo día, por lo que existe un servicio de taxis que te retorna al parking del punto de partida para que puedas recoger tu coche. Como siempre, todo organizado a la perfección.
También hemos conocido de cerca la cultura maorí visitando el poblado Tewhakarewarewatangaoteopetauaawahiao (no se me ha subido el gato al teclado del ordenador, se llama así). Este es uno de los pocos poblados que hoy permanecen fieles a su esencia y permite conocer sus costumbres y su forma de vida.
Allí pudimos ver en directo la fuerza y la intensidad con la que viven la danza de la Haka, que se hizo mundialmente famosa al ser representada por el equipo de rugby de Nueva Zelanda antes de cada partido. El origen de esta danza no es lúdico sino bélico y tenía como fin amedrentar al contrincante antes de una batalla. Realmente asusta ver cómo dejan los ojos en blanco y sacan la lengua de esa manera. Nosotros intentamos imitarles pero todavía nos queda mucho por aprender…
Un sitio muy curioso que también visitamos fue la Hot Water Beach. Se trata de unas aguas termales naturales que se encuentran en la misma orilla de la playa. Están tan tan cerca del agua que durante la mayor parte del día están sumergidas bajo el mar, y es por la tarde cuando baja la marea en el momento que todo el mundo aprovecha para llevarse su pala y cavarse su propio jacuzzi. A las pocas horas la marea vuelve a subir, lo destroza todo y al día siguiente todo vuelve a empezar como en el día de la marmota.
Otro de los sitios curiosos para ver es el mercadillo de compraventa de coches que se realiza en un parking a las afueras de Auckland. Allí personas interesadas en vender (a veces desesperadas por vender si tienen un vuelo de vuelta… ) y otras en busca de vehículo se dan cita. El proceso es tan simple como el que va al rastro a comprarse un sello de segunda mano, lo ponen a tu nombre y es tuyo. Nosotros fuimos allí con la idea de comprar una furgoneta para recorrer el país con mayor libertad, pero todo lo que había eran tartanas que además eran caras.
Uno de los propietarios nos contó que allí no es obligatorio tener un seguro de coche, que sólo si queríamos teníamos que darlo de alta aunque era muy aconsejable en caso de tener algún percance. Total, que al final hemos alquilado un cochecete que de momento se está portando como un campeón y nos lleva a todos sitios. Keep left.